El otro día nos enteramos de que había en la plaza del Pilar una exposición de Playmobil, así que no nos lo pensamos dos veces y fuimos para allá.
Nada más entrar, respiramos el ambiente de la infancia recordada por todos los allí presentes. Empezamos a ver maquetas. Decenas de playmobiles disfrutaban del concierto de Héroes del Silencio bajo la mirada de pequeñas cámaras de TVI manejadas por los pequeños muñecos; unos playmobiles asesinando a otros en Los Sitios de Zaragoza; playmobiles que acudían a las procesiones de Semana Santa; el mundo de las sirenas y las hadas Playmobil; los mundos griego, romano, prehistórico, victoriano y futurista, todos ellos representados con un gran lujo de detalles que hacían de las maquetas algo fascinante. Pero lo mejor de todo, sin duda, fue el circo Romani, igualito a aquel que un día hace muchos años le trajeron los Reyes Magos a Yakkul, y con el que él y Onna jugaron innumerables veces. Incluso Onna pudo descubrir que un pequeño Playmobil se había escapado de la caja llena de juguetes oculta en algún rincón de su casa, para no perderse tan memorable acontecimiento.
A la salida, fotos con Playmobiles gigantes para la posteridad.
Nada más entrar, respiramos el ambiente de la infancia recordada por todos los allí presentes. Empezamos a ver maquetas. Decenas de playmobiles disfrutaban del concierto de Héroes del Silencio bajo la mirada de pequeñas cámaras de TVI manejadas por los pequeños muñecos; unos playmobiles asesinando a otros en Los Sitios de Zaragoza; playmobiles que acudían a las procesiones de Semana Santa; el mundo de las sirenas y las hadas Playmobil; los mundos griego, romano, prehistórico, victoriano y futurista, todos ellos representados con un gran lujo de detalles que hacían de las maquetas algo fascinante. Pero lo mejor de todo, sin duda, fue el circo Romani, igualito a aquel que un día hace muchos años le trajeron los Reyes Magos a Yakkul, y con el que él y Onna jugaron innumerables veces. Incluso Onna pudo descubrir que un pequeño Playmobil se había escapado de la caja llena de juguetes oculta en algún rincón de su casa, para no perderse tan memorable acontecimiento.
A la salida, fotos con Playmobiles gigantes para la posteridad.
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Esta es Némesis, con sus amigos los Playmobiles:
Aquí está Yakkul, que de buen grado se hubiera llevado alguno de éstos:
Y para terminar un día de recuerdos de infancia redondo...¡¡un paseo por la tienda de Disney!! ¡Cuántas cosas memorables! Peluches de El Rey León, disfraces de Bella, tazas de 101 dálmatas, muñequitos de La Cenicienta, y braguitas de La Sirenita. Lástima tener sueldo de estudiantes, aunque menos mal porque sino podríamos haber vaciado la tienda.
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Saludos
...Que les vaya bonito...
Los pisotones