Todo comenzó el día más frío de este invierno, cuando en el piso se nos rompió la calefacción y no nos dimos cuenta hasta que la temperatura interior del piso era más baja que la de la calle. El caso es que bajamos a comentárselo a la dueña y, como siempre, estaba de viaje (con el IMSERSO), ásí que nos abrió la puerta su hija, la super-rebordenca que nos odia porque ocupamos el piso de su frustrada emancipación, ya nombrada en otras entradas de este blog. La conversación fue tal que así:
PISOTONES: Hola. Que no nos funciona la calefacción...
HIJA DE LA DUEÑA (pensativa): Ah, pero... ¿la habéis encendido?
PISOTONES: Sí, claro...
[...Silencio...]
HIJA: Pero... ¿ha hecho "clic"?
PISOTONES: Sí...
[...Silencio de nuevo....]
HIJA: Ah, bueno, pues buscad un reloj que tiene que marcar un tres.
Y va la tía y se queda tan pancha.
El regreso a nuestro piso estuvo plagado de carcajadas. Una vez en casa, como tontos, aún buscamos el reloj que marcara un tres (¡¿?!), y llegamos a la conclusión de que la calefacción nos la había cortado la hija, para que nos fuéramos del piso y así poder quedárselo ella; y deducimos que en cualquier momento se nos irían la luz y el agua...
Pero todo acabó cuando subió la hija (ataviada con su chándal de estar por casa y los zapatos de arreglar, muy mona ella), nos desordenó todo el armario donde están todos los mecanismos que hacen que tengamos calefacción y comenzó a funcionar. Ella nos intentó explicar cómo lo había arreglado, pero entre que era de noche y no veíamos nada y que no prestábamos mucha atención porque estábamos muy ocupados aguantándonos para no reirnos de ella en su propia cara, no nos enteramos de nada; así que si se nos vuelve a romper... que Valar nos proteja.
Total que pasamos una noche muy fría... pero también muy divertida. Y aún hoy nos reímos recordando cómo la hija de la dueña de nuestro piso nos trató como si fuéramos tontos.
¡Saludos!
LOS PISOTONES.
LOS PISOTONES.
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